Ahora es el momento, sin ataduras, ni responsabilidades y casi completamente libre podía lanzarme a la gran aventura o como mínimo tomarme un “año sabático”, solo debía dejar el trabajo y empezar a prepararme.
Entonces, tomada la decisión, tuve la certeza de que los cambios vertiginosos de mi último año iban a significar la oportunidad de sentir nuevas experiencias y vibrar en otro tono. Ya no iba a dejarme llevar por el día a día, necesitaba conocer diferentes culturas y saber como entienden la vida en diferentes lugares de mundo.