Pasados dos prudentes días más en Chilloé tras el trágico temblor sísmico de 8.8 en la escala de Richter (el segundo en importancia en el país y el quinto mundial) conseguí desplazarme, no sin dificultad, más hacia el norte dejando atrás las tierras patagónicas.
Poco pude disfrutar del lugar con continuos cortes de electricidad y en alerta preventiva tras el suceso. Comercios cerrados, actividades suspendidas, colas en gasolineras, locutorios llenos de gente en busca de comunicación y caras de preocupación que hicieron lamentarme por todas aquellas personas que habían sido afectadas. Las noticias hablaban de numerosos daños, todo y a pesar de ser un país muy preparado para esos movimientos sísmicos.
La principal atracción del lugar es el activo volcán Villarrica que se alza majestuoso y es escalable. Desde cualquier lugar de Pucón o Villarrica (principales y agradables poblaciones) puede verse humeante.